viernes, 8 de septiembre de 2017

El recomienzo

En esa acta escribimos nuestros nombres, seguros de publicar la Historia de Villa Aroma, en septiembre,  el aniversario de la ESFM. Condori además de los documentos nos entregó una Qurawa con los colores propios y característicos como símbolo de compromiso y victoria. Cori estaba contento. Para mi, era una oportunidad para publicar este libro que lo había terminado hace dos años.
Ahora comienza un nuevo tiempo en que ya no hay descanso.

El entrenador del Relámpago ⚡

Le ubiqué por el Facebook como me lo recomendó mi buen amigo Orlando. Le pedí hablar y quedamos para las siete, en su casa. A esa hora, Herrera me recibió con alta amabilidad. Y nos quedamos charlando hasta casi la media noche. Sin poder romper en algún momento la conversación.

Aceptó ser el entrenador del Relámpago, y más todavía, estaba esperando una oportunidad como esa para aplicar las nuevas técnicas futbolísticas de tipo europeo.  Yo estaba ilusionado, pronto el equipo de mi padre entendería un tipo de juego más moderno con el que podremos ganar los campeonatos de la región de Aroma.

Ahora solo queda esperar.

jueves, 7 de septiembre de 2017

La pregunta

Hoy te soñé, Gaby, pero no era en tu cuarto como muchas veces. Era en el mío. Tu sonrisa mezquina rosaba mi pelo y tus manos me presionaban hacia a tu cuerpo, desnuda, deslizándose sobre el mío. Todo era real en aquel sueño, tan ausente de toda ilusión, no como es la realidad, ahora.

¿Qué haces justo ahora que no estoy? ¿En qué piensas cuando nuestros ojos no se ven? ¿Que dice tu boca sin la mía? ¿Qué fue de esa comida que con tanto amor me la preparabas?

Quizá ya no estemos, talves no te vuelva a entregar los besos más locos, pero estaré en tu mente toda la vida, pues yo siendo un picaflor fuiste tú la última más dulce. No lo olvides.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

El viejo y el mar, Ernest Hemingway

Aferrarse a un sueño aún en la absoluta soledad
Ernest Hemingway

Para Septo Día Félice,
donde esté su gloria

Me estás matando, pez, pensó el viejo. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande ni más hermosa, ni más tranquila ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quien mate a quién”.
Leer a Hemingway es como saborear algún caramelo de chocolate hasta chamuscar con los dientes su delgado palillo. O en medio de la arena, en horas de sol sofocante, saborear un helado de vainilla.
Y en medio de esa inmensa maestría yace un pinche poema: Los ojos son del color mismo del mar.
El viejo y el mar es una de las novelas cortas máspicas y posiblemente la obra más famosa del escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961) de no más de 100 páginas. Cuenta la historia de Santiago, un viejo pescador, que se enfrenta, aún en el regazo de su vida, a un enorme pez en medio de un mar insólito por varios días y noches, y tras su victoria, es acechada por unos feroces tiburones con los que tras una batalla sin igual, cae derrotado.
Pero como en toda obra de arte, Hemingway nos enseña muchas cosas; tan simples como que siempre seremos superiores ante alguien y siempre habrá alguien superior a nosotros. Que nosotros, las personas, no somos irremplazables. Y perdemos muchas batallas en la vida.
Al leer El viejo y el mar uno siente adentrarse al terreno del enemigo sin sospechar que habrá una batalla, sin armas más que la experiencia, y ser vencido. ¿Fue realmente una batalla? ¿Quién ganó a quién? Las batallas se ganan cuando los soldados han previsto las armas, y se pierden valientemente cuando se ha entregado todo por una causa. Entonces, solo hay cansancio, dolor y algo de soledad.
La vida es como la historia de este miserable pescador que raya líneas, una y otras vez, sobre el mar. Y todo es fugaz, todo es relativo, y nada es para siempre, como muchas cosas en la vida. A veces el inconsciente llama a la realidad como el viejo que espera encontrar un pez enorme, persistente. El hecho de sumergirse en el mar, de forma intencional, es como adentrarse a la vida, con lo que se tiene, con lo que somos, para enfrentar y encarar, solos; finalmente, es una lucha solitaria, la vida. De esta forma, debemos aprender a vivir atentos, a las cosas que intenta decirnos el correr del tiempo. Como cuando el viejo está dispuesto, atento cuando la buena suerte se asoma ante sus ojos. Entonces llega el encuentro con el destino, con lo que la mente ya sabía. El encuentro con la realidad, como el limpio olor matinal del océano, lejos de la playa, lejos de su realidad cotidiana, inmerso en su soledad, una soledad que realmente no es soledad aún de los peces voladores sino la lucha entre él y su destino.
El pez grande simboliza el logro mayor que solo se consigna cuando estamos preparados para hacerlo, no es casual, es provocado. Nuestra lucha ardua comienza desde el mediodía hasta la noche entera, y toda una vida a veces, e igualmente desconocidos nuestros verdaderos problemas, como aquel misterioso pez que se esconde, aunque tira imponente, desde el fondo del mar. Pero no siempre somos fuertes: “No puedo hacer nada con él, y él no puede hacer nada conmigo, pienso. Al menos mientras siga este juego”.
Vivir así, en ese mundo fugaz como en la novela. Amar tanto que odiar tanto, porque es la única esperanza para estar bien. Allí el reto no es con el prójimo, quizá ni siquiera es con el pez, tal vez es con la cruda naturaleza, el tiempo y el espacio. Es la demostración más sublime de la valentía, que a veces, los seres humanos, estamos condenados a vivir.
La novela de Ernest Hemingway tiene estos matices, donde la fantasía y la realidad están separadas por una delgada telita. Hay soledad manifiesta, cargados de ficción, de ilusión, que aunque estemos en la multitud, persisten.
Y para terminar no puedo dejar de citar un pasaje que simplemente un maestro, como Hemingway, puede hacer con las palabras:
¡Cristo! ¡No sabía que fuera tan grande!
Sin embargo lo mataré dijo.  Con toda su gloria y su grandeza.
Aunque es injusto, pensó. Pero le demostré lo que puede hacer un hombre y lo que es capaz de aguantar.
                                           Edwin Callizaya
                                  Septiembre 06, 2017

sábado, 2 de septiembre de 2017

Locuras de 2009

Locuras de 2009 ja ja ja 

Datos personales

Edwin Callizaya La Paz, Murillo, Bolivia. Estudiante de Maestría en Educación Superior Universitaria EMI. Egresado de la Universidad Nacional Siglo XX en Matemática de Educación Secundaria. Diplomado en Matemática Iplacex Chile. Post titulado en Administración Educacional Iplacex Chile. Profesor Normalista graduado de la Escuela de Formación Docente "René Barrientos". Ex Ejecutivo de la Federación de Estudiantes de la Escuela de Formación Docente "René Barrientos". Escritor de Varios libros: "El corazón de mi destino", "El hombre que vivió jugando", "Diez reliquias de amor y cinco poemas naturales", "Manuel", "Memorias de un ejecutivo", "El laberinto", "Veinte mil horas diarias por unas lineas miserables", "Me sale a licor de haberte perdido", "El mentecato del señor presidente", "Cronicas de la infinita ciudad altiplanica", "Laberintos de otoño", "El altiplano del magistrado", "El Haiden de la montaña solitaria", "Mil primaveras de infinitos otoños", "Ciudad paja, ciudad nueva", "La guerra de las dimensiones", "Yo y los poetas naturales", "La pedagogía de la mediocridad en 45 minutos", "Pedagogía del balde frio", "Leyendas del mar paraiso" y muchos otros libros por escribir.

Recuerdos de 209, III

Martes, 10 de noviembre de 2009

LA NOCHES DE MELANCOLÍA

¿Puede un escritor vivir eternamente solitario? Pues, así parece. No hay compañía mejor que el silencio para conseguir un poco de calma y tranquilidad, y no hay mejor momento para encontrar la inspiración que ese. El mundo bullicioso aleja al escritor de su mundo, la alegría metafísica, que experimenta siempre, se acorta mas de lo que cualquiera imagina. Pero, vivimos un mundo de dependencia, nos dependemos mutuamente. ¿Qué sería de mi sin ti? ¿Cómo te escribiría poemas de mi alma? Es solo un respirar, un instante de mi, aquello que no alcanzo mas de conseguir y que probablemente no logre hacerlo hasta el día de mi ida.

Recuerdos de 2009, II

Martes, 10 de noviembre de 2009
EL MENTECATO DEL SEÑOR PRESIDENTE
El mentecato del señor presidente no es una obra literaria que atenta los actos que realiza o ha realizado el señor presidente Morales, es mas bien una simple inspiración que no daña la integridad de las personas. El mentecato no es el presidente, sino uno de sus colaboradores al quien el presidente tiene que soportar para cumplir una promesa. El presidente es leal a sus principios, de alguna forma es responsable y no falla en sus compromisos, por ello, el mentecato será la ultima promesa que pueda hacer él. Desde el momento en que el mentecato conoce al que luego seria presidente, identifica en el, el sueño de hacerse presidente, y el hace prometer que cuando este en la cima, debe nombrarle como su ministro de alguna área, y cuando ello ocurre el presidente tiene una promesa que cumplir. 
Otros títulos: Me sale a licor de haberte perdido, o lo que es: Veinte mil horas diarias por unas líneas miserables, y el mismo Ciudad paja, ciudad nueva, que está narrada en tercera persona. El autor identifica, claramente a su intérprete y ese paisaje en la que es capaz de describir el paisaje mismo de la coyuntura, se entra y adentra a la mente psicológico de cada personaje. Hace historia desde el primer momento. Su obra cumbre que luego desemboca en la Pedagogía de la mediocridad en 45 minutos. 
Y bueno no solo es eso pero se identifica como la más importante en cuanto a la educación. Todo comienza cuando el mentecato, está sentado sobre una montaña de frío altiplanico, y debe recordar por instantes, la vez que conoció al señor que ahora es presidente. Después de volver a la realidad, su amigo el diputado de sobre nombre, o el viceministro, comunica que el presidente esta por llegar. En esa circunstancia, el mentecato se viste la polera tradicional que usaba en su juventud, para que el presidente pudiese reconocerlo. Al final, el presente no le reconoce. Pasado el acto, dentro la reunión familiar y ante sus 13 hijos, decide viajar a la ciudad, al palacio para visitar a su amigo, ahora presidente. Varios fracasos, pero consigue su éxito y es nombrado ministro de planeamiento, su gestión nefasta es criticada y su administración es de pura suerte y logra el sueño.

Un recuerdo de 2009

viernes, 4 de diciembre de 2009

EL MAR DESDE LA MONTAÑA

EL MAR DESDE LA MONTAÑA es una  novela q nos lleva por el camino de la narración en tercera persona y como luces por la mañana juega con la primera y segunda persona. La obra nos habla sobre su pais natal y su caracter mediterraneo, es una denuncia de porque Bolivia no tiene su mar y la esperanza que tienen sus personajes por el retorna a ella, que es irrenunciable. Entre versos lineales aflorables a simple vista y una exquisita narracion con una profunda poesia en su prosa se muestra la obra. Te invito a comprarla en todas las librerias del país.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Mi primer cuento

Cochabamba, Bolivia, Domingo 19 de febrero de 2012

 

   

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Ramona

SOBRE EL LIBRO DEL V PREMIO NACIONAL DE CUENTO “ADELA ZAMUDIO”

El historiador cercado y otros cuentos

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POR: LOURDES SAAVEDRA BERBETTY | 19/02/2012

Hace ya casi un mes, un viernes lluvioso se presentó el libro El historiador cercado y otros cuentos, compilación de trabajos seleccionados y ganadores del V Premio Nacional de Cuento “Adela Zamudio” 2011, convocado por la Alcaldía de Cochabamba. Ocho son los cuentos publicados en esta entrega. Existe un buen nivel en los trabajos presentados que tienen las siguientes tendencias: 1) la contextualización histórica para el desarrollo temático, 2) la oralidad 3) La intimidad como fisura de la vida cotidiana, 4) El realismo fantástico.

El cuento ganador de este concurso, “El historiador del cercado” de Camilo Albarracín Zelada, es una narración que rememora momentos históricos regionales como la fundación de la Villa de Oropeza, la memoria de Alejo Calatayud y otros más. Tales referentes engranan en la historia extraoficial de un narrador, cercado en sus recuerdos y sus intentos de lucidez a través de la investigación histórica que enmascara su delirio. 

Desde la otra orilla, más cercana al género de lo fantástico, el cuento de Aldo Medinacelli, “El dibujante de historietas (la pelea antes del fin)”, hábilmente nos presenta a Trevor, un dibujante; un misterioso virus y la imposibilidad de escapar de las luces y sombras que de manera mítica lo llevan a ser el personaje de su propia creación. 

Estos dos cuentos inician este libro y son muestra clara del trabajo que realizan las voces jóvenes en el panorama narrativo a nivel nacional, ya que los participantes del certamen están debajo o apenas sobre los 30 años. Se están produciendo historias interesantes por escritores que luchan por buscar apuestas sólidas. La mayoría de los cuentos son muy buenos, uno duerme recorriendo las páginas y se siente perseguido por sus personajes. A algunos cuentos les faltó algo de intensidad para llegar a cerrar con fuerza su propuesta. Pero, en general, el jurado y los lectores de este libro, que fue distribuido gratuitamente por la Alcaldía de Cochabamba, podemos afirmar que vale la pena ser leído.

En síntesis, se puede decir que la publicación nos conduce por el imaginario de la Guerra del Chaco (como en la obra “Conversación en el desierto”, de Rodrigo Urquiola Flores), la utopía de la juventud revolucionaria a finales de los 60 (“Cuando tus palabras resonaban armadas” de Rosario Barahona), el “Segundo tiempo” (Claudia Michel) como un chance para enlazar las deudas con el presente después del accidente de un motociclista, o a entender a la adolescencia desde las primeras metidas de mano del deseo, a partir de una colegiala que se debate entre las hormonas y el amor como un proyecto incompleto (“Un moscardón llamado deseo” de Boris Paredez). También tenemos relatos casi cinematográficos, como es el caso de “Secuencia” (de Gabriel Iriarte Rico), en el que cada parte del rompecabezas nos lleva a pensar en una historia coral. Y asimismo textos que bordean el realismo fantástico como “999” (de Edwin Calizaya), en el que se cumple la advertencia de no hablar con los extraños. 

Cochabambinos, paceños, sucrenses son parte de las coordenadas geográficas de esta camada de escritores, algunos noveles y otros con una trayectoria emergente. Gestores culturales, activistas, integrantes de editoriales independientes, estudiantes de Comunicación y Literatura, historiadoras y fabricantes de letreros, son los perfiles que conforman esta camada que esperemos continúe por el sinuoso camino de las letras. Avanti y larga vida.

correlulacorre@hotmail.com

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Ed. Imp.El historiador cercado y otros cuentosEd. Imp.La escena crossover revive junto a sus ídolosEd. Imp.Shhh… breve elogio al silencioEd. Imp.GoGo Blues: “Queremos darle más rock n’ roll a las futuras generaciones”Ed. Imp.DivertimentosEd. Imp.Ese accidente que llamamos descendenciaEd. Imp.¿Quién es el artista?Ed. Imp.La bellísima nostalgia de “Marty”Ed. Imp.Hugo: pasión por el cine

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Las hojas malagueñas

Después nos acercamos a las hojas de tuna, viejas y polvorientas, como esa iglesia solitaria q nos llamaba la atención y por el que nos habíamos escapado de clases. Escribimos sobre ellas nuestros nombres, q nos queríamos q éramos felices. Como si eso eternizara lo nuestro. Luego, ella se dio cuenta de algo: que aquellas hojas en las que las personas ponían sus nombres se estaban secando y otras estaban muertas. Y se alejó con brusquedad, y no quiso poner nada sobre ellas. No le di importancia. Sus ojos asustados dieron a entender que me amaba, q nos alejaramos de aquel sitio. Supe ahi q me amaba en serio. Y le di un beso. Muchos besos. Y un abrazo, como le gustaba a ella. Luego subimos al cerro destinada para los peregrinos.

El Relámpago de mi padre

Hubiese preferido sentarme con mi padre en el encuentro del Relámpago con el equipo de los chaqueños, y comentar juntos sobre si debía ponerme a golear o quedarme en la media cancha. Pero no está. 
Mustajo, dime si Pachi y Nasario están jugando en la posición correcta, y si Choco debería bajar por el lateral izquierdo. Pero no estas. 
-No es para desanimar pero debes salir a golear porque para media no das -me dirías sin temor. Y yo sumiso a tus consejos de veterano, haría lo q me pidieras.
Y al final, dirías lo q tu hubieras hecho si estarás aun con nosotros. 
-Corre con Severo y armá el equipo del pueblo, ¡el Relámpago debe vivir!
Me pondría de pie y con la frente en alta entraría a la cancha para dedicarte un gol.

La viuda de Márquez

La viuda de Márquez Edwin Callizaya Fue en Jaruma que oí hablar de Victoria Ocampo y, muchos años después, allí mismo la conocí. Se p...