viernes, 20 de diciembre de 2019

A la opinión pública

A la opinión pública

No crean todo lo que ven, no crean todo lo que escribo, pues lo hago como escritor, como inventor de historias, de creador de fantasías, de ilusiones y sueños. Que no se me crea cuanto escribo ni de las cosas que se me ocurren, pues este espacio está hecho para todo lo que se le ocurre a un escritor como yo. Eso es todo. Puede a ver un loco andante que piense que lo que escribo lo hago porque me pasa y no es cierto, sino solo por vanidad. 

El dolor del silencio cuando ya no estés

El dolor del silencio cuando ya no estés 

Disculpa ahora mi enojo. Disculpa que apague el celular y no quiera conectarme al watsaap. Perdóname cuánto lo siento. No es que tengas culpa o tal vez lo tienes, eso es el problema. El problema es no saber que haz hecho, qué hiciste en mi ausencia, lejos de mi. Eso es el problema, ahora lo sé, por eso es mi enojo. Pero al final qué importa mi manera de pensar sobre ti, tu tienes todo el derecho de hacer lo que quieras, siempre ha sido así, ahora no puede menos importar.

Sé que mañana ya  no estarás, sé que mañana me iré, te dejaré ir o me dejarás ir como siempre. Yo no soy quien crees que soy, en eso sí te equivocas, pero no en mi amor. Mañana más que nunca sabrás que sí te quise mucho, que fuiste importante, quizá lo más importante que tuve en mi vida. Por eso hoy manifiesto mi enojo, porque mañana te iras y yo no estaré. 


Hasta morirme jamás

HASTA MORIRME JAMAS

Es como cuando estas lleno, lleno de cosas banales, de cosas que nada bueno traen, vacío, incluso cuando tienes razones para estar bien. A esto se llama preocupación, y ¿qué es la preocupación? La mitad entre el dolor y la tristeza. 

Estos días han pasado cosas, no ha sido fácil hasta que te das cuenta que haz dejado dolor en el pasado. No es cualquier dolor cuando éste esta bañado de resentimiento, de promesas rotas, de cobardía, de impotencia. Justo hoy, cuando aparecen todas las personas que formaron parte de ti, ya no te necesitan, ya no eres fundamental, como en el pasado, hoy solo eres tu. El tu es cualquier sujeto, es un ser humano cualquiera, de a pie, del montón, que ya no eres imprescindible en la vida de esas personas: nunca más.

Entonces te toca vivir lo que siempre imaginabas, enfrentas a lo que nunca quisiste cuando eras feliz, a su anonimato, a su cruce por la calle, o por la puerta de aquella que fue testigo de nuestro gran amor. Entonces ya no tiemblo como antes cuando te veía, sigues siendo dulce, sigues siendo la misma, cargada del mismo gesto, del mismo movimiento, de la misma seriedad con que te movías cunado te enojabas conmigo, con esa misma prisa de mujer encantador. Sigo pensando entonces que eres realmente perfecta, la única imperfección es aquel hombre que ahora te acompaña.

Entonces quiero seguir recordándote, recuerdo por ejemplo esa boca, ese peinado, esas trenzas de aguayo, esas locas miradas que un día fueron mías: nadie más era mía, solo tú. Eso es lo grave, eso es lo grave, que ayer como hoy fuiste mía y de nadie más, luego fuiste de todo el mundo y yo ya no estaba. Recordaras seguramente cuando juntos en nuestra eterna cama lloramos como niños, con el corazón en la mano, con el alma arrepentido, de tanto amor que habíamos construido y de tanto pesar por habernos amado. Nuestro amor prohibido era todo entonces, pero seguramente no haz de recordar con tanto detalle como yo lo hago ahora. Incluso recuerdo en esos momentos cuando llorabas y gemías el por qué te habías enamorado de mí, las palabras que mi corazón te gritaba, que te iba a dejar, que te iba a abandonar, que te iba permitir a que seas feliz, que juraba que sí o sí serias feliz aunque no conmigo pero sí con otro. Entonces no sabía qué hacer, no sabía como calmarte, tenia que decirte que yo también te amaba y que nunca te dejaría, aunque mi corazón sabía que era falso, que conmigo, por mi condición nunca ibas a ser feliz. Eso duele ahora, cuando ayer te amé como nunca lo hice, pero ya no estas más sino solo para contemplarte.

Jamás me arrepentiré, decías, jamás lo haré por tanto amor entregado, decías. Y yo vanamente te juraba amor eterno, sin comprender bien que te dejaría. Nunca imaginé que lo haría por ti, aunque parezca solo escusa, te dejé ir para que fueras feliz con otro. Pero no sé si lo eres. No lo sé. Y ahora, al final de la batalla puedo comprender que aquello fue bueno, el dejarte ir, pues aprenderás a ser feliz, aunque yo no esté a tu lado.

Que te cuida la vida y los cielos te den buenos frutos que merecido ya lo tienes, por ti y por la felicidad. Hasta siempre mi querida y estimada compañera inolvidable. 



jueves, 5 de diciembre de 2019

El color de la resignación altamiranesca

El color de la resignación altamiranesca

Esta mañana no fui a trabajar, era ya tarde cuando el miércoles tomé esa decisión. Estábamos apunto de abandonar la oficina cuando Altamirano arrojó un par de trabajos de sistematización sobre mi escritorio. "Tienes que revisar, jefe", dijo casi gritando. Le miré atónito e incrédulo mientras que él no paraba de distribuir, a última hora, esos pesados trabajos que había que dar visto bueno para dar pase a la defensa.  
Me reí en su cara, irónico, y con los mismos gestos de imposición él seguía sin retirar su posición. No voy a venir mañana, jefe, no creo que lo pueda revisar, le decía. "No sé yo, no sé, no sé", repetía el ecuánime colega. En esos instantes, medio enserio medio en broma, maquinaba en mi mente una manera de burlar esas responsabilidades. No es que siempre fuera así, de hecho jamás he huido de este tipo de trabajos, es más, siempre fui afable ante estas cuestiones, por eso me pareció extraño toda esta situación que pasaba en mí.
Ciertamente no podía ayudar, debía ir a la Universidad Pedagógica y concluir con mi trabajo postergado hace un par de años, y como fui llamado para completar y terminarlo, me dispuse con ello. Se lo dije sin duda, y Altamirano pareció recordar los muchos favores que le había hecho y no tenía otra opción que ayudarme. Entre su mirada baga y sin salida le oí resignarse: ¡Claro pues no, vos con tu maestría y ¿yo? Ah y ¿yo? Nos echamos riendo, medio enserio medio en broma.    

Los días en que amamos el estar amándonos todo el tiempo

Los días en que amamos el estar amándonos todo el tiempo


Esto es algo que me gustaría contarle a la historia, algo que sucedió ayer 04 de diciembre de 2019, cuando mi amada y yo, alejados por una enfermedad repentina, nos escribimos por watsaap, y lo transcribo para que dicha historia no se la devore los sentimientos:

AMOR:

Sabes te amo mucho... Fuiste aquella persona q curó todas mis heridas...
Aquella persona q hizo q creyera nuevamente en el amor....
La experiencia más hermosa La viví contigo...
Aprendí a hacer a un lado mi orgullo aprendí q x amor se puede luchar... Que cuando uno ama de verdad nada importa... Y también que no hay nada imposible....
Realmente muchas gracias x todo amor... Mi ojitos ha sido muy hermoso aprender y experimentar con hechos el sentido de la palabra amor. Jamás pensé sentir esto y q ese amor sea correspondido... Hoy mientras staba inconsciente una bebe q ya caminaba me agarro la mano y me llevaba... Y alguien me jalo pa su lado cuando reaccione mi hermana staba poniendo alcohol en mi rostro y me hacia despertar.... Jamás había stado así.... Fue feo simplemente a lo q kiero llegar s q la vida no la tenemos comprada en cualkier momento puede pasar muchas cosas... Yo creo q mientras se pueda hay q vivir al máximo y ser feliz....
Asi q vive mi ojitos vive al máximo sos una gran persona una persona ejemplar con muchas virtudes mereces a alguien q t ame mucho y t haga feliz.... Recuerda amor siempre ser feliz te amo ahora si t escribo mas tardecita...
Stoy bien kiero star en casa y descansar... No t preocupes si tu Janneth stará bien.. Muy prontito ggg

YO:

PARA MI AMOR J. C.

No sé lo que sientas justo ahora, con tu sonrisa eterna clavada en la vida, en esa cama en que más de una soñaste con esto  que sentimos. Vive y sueña que es justo soñar asi como el pes en el agua, igual que yo cuando de lejos te veo venir en nuestro encuentro. No hay sentimiento tan sincero que el que se construyó en medio de un árido decierto. Nada se compara entonces con esto que estoy sintiendo. Y al oírte valoro la vida más que ningún otro día. Me dedicas las palabras más locas que he oido y llenas de valor y esperanza mi mundo descolorido, y sin más lloro en medio de la gente que ahora desconozco, como si lo único que importará fueras tú, mi amor.  Asi como la luna siempre retorna, retornaras mi bella Flor o yo tendré que retornar a tu presencia. Te amooo, es lo único que puedo ver que siente mi corazón.

Para la Vero que ya no es más Verito

                                                                 Para la Vero que ya no es más Verito 
Entre ese vacío vago que se mueve entre mi corazón y la cabeza, no puedo más que inclinar mi debilidad a la desesperanza, a la desilusión inventada por mi yo interior. Me da pena pero no es cualquier pena. Dan ganas de llorar, de sentirte malo en todos los términos del castellano. Ahora, con el corazón roto y las gotas cayendo sobre mis pantalones tengo ganas de pedir perdón a medio mundo, a todos los que se cruzan en la calle, a todos los que me miran y también a los que ni me ven, ni nunca han oído de mí. También creo que si creyera en el párroco iría al confesionario, pero no es eso lo que realmente quiero, sino solo perdón. Sí. Creo que mi alma solo quiere perdón. "Perdón", ¿qué palabra es esa? Sin embargo, la necesito. Pero también puedo justificarme, claro que sí. Puedo decir por ejemplo que "Yo no sé", pues su mirar y su figura me han tentado y -¡claro está!- he caído, como cualquier ser humano. Ella se venía a mí, siempre a mí, y en esos minutos era tan feliz que yo me deleitaba con ese respirar de la niña aventurera. Ahora no creí que iba a necesitarla de este modo, que al hacer lo que hice creyera que soy el más cruel. Pero quizá tiene la razón, tal vez solo finjo cuando en verdad soy muy malo. No lo sé. Si se va sin que le pida perdón por amarla tanto he de morir pronto y ella a de odiarme como a una bestia. Yo lo superaría quizá, pero ella no lo haría jamás pues es su prioridad que nada perturbe su mente, mientras tiene sueños que cumplir.      

La viuda de Márquez

La viuda de Márquez Edwin Callizaya Fue en Jaruma que oí hablar de Victoria Ocampo y, muchos años después, allí mismo la conocí. Se p...